La violencia contra las mujeres y las personas LGBTI es una forma extrema de discriminación por razón de género, construida mediante relaciones de poder basadas y reproducidas por un sistema patriarcal heteronormativo, el cual es social y culturalmente aceptado. Este tipo de vulneración de derechos, es uno de los más generalizados en todo el país. Se expresa en diversos tipos de violencia (física, sexual, psicológica, patrimonial, simbólica) y ocurre tanto en el ámbito público como en el privado (político, institucional, laboral, judicial, educativo, de la salud, comunitario, intrafamiliar, relaciones personales, entre otros). Sin embargo, cabe mencionar que la violencia de género se caracteriza por el uso, el control y el abuso del poder intrínsecamente vinculado con los patrones socio culturales y estereotipos de género, que son la causa subyacente para reproducir y perpetuar dicha violencia.
En la Encuesta nacional sobre relaciones familiares y violencia de género contra las mujeres se pudo identificar que, en el país, 6 de cada 10 mujeres han vivido algún tipo de violencia de género por parte de diversos perpetradores, es decir, a 3.260.340 mujeres en alguno o varios momentos de su ciclo vital ha sido irrespetado su derecho a una vida libre de violencia, consagrado en la Constitución y en la legislación internacional. Entre las mujeres ecuatorianas de 15 o más años del 53,9% ha vivido violencia psicológica, el 38% ha sufrido violencia física, el 25,7% violencia sexual, y el 16,7% ha sido víctima de violencia patrimonial.